Las emociones
son reguladas en distintas partes del cerebro, aunque al inicio de la vida son
predominantes las áreas cerebrales del
sistema límbico (amígdala) en
relación al miedo y la corteza orbitofrontal en emociones como los celos, la
culpa, el orgullo, el amor o la vergüenza.
Por otra parte,
las vivencias de apego modifican los circuitos límbicos-frontales, implicados
en la construcción de la sensibilidad y aparecen nuevos comportamientos.
CEREBRO CON DOPAMINA |
En ese sentido,
las emociones negativas, como la ira y la tristeza, son las que más enseñan y
capacitan al cerebro a disminuir una emoción, para que cuando se experimente en
el futuro, ésta sea de menor intensidad. De acuerdo con un especialista después
de llorar, las personas se sienten más tranquilas, pues la tristeza le pide al
cerebro una liberación de endorfinas.
“El llanto es la única emoción que más energía
y oxígeno gasta, pues hace que el cerebro incremente casi un 25% el consumo
sanguíneo, por lo que después de llorar las personas se sienten cansadas”,
aclaró un experto.
Sistema límbico
El sistema
límbico es la zona del cerebro que dirige nuestras emociones y nuestras
sensaciones más primitivas o irracionales: aquellas relacionadas con la
supervivencia y con las sensaciones del ser humano en torno a nuestro
comportamiento sexual.
Es esta parte
del cerebro en la que se genera la defensa
contra los peores sentimientos que tenemos: el miedo, la ira, la tristeza.
Gracias a la amígdala podemos escapar de situaciones que ponen en riesgo
nuestra supervivencia; pero también es la que permite que nuestros miedos más
profundos y nuestros traumas infantiles salgan a la luz.
La amígdala nos
ayuda a buscar la estrategia necesaria para solventar una situación de estrés,
miedo o peligro y nos da una visión equilibrada de lo que sucede a nuestro
alrededor. En definitiva, es la parte del cerebro que permite que no nos dejemos
llevar por el pánico y la ansiedad.
Está claro que
las emociones, lejos de dominarnos, se pueden autorregular, esto depende de la
maduración de la corteza prefrontal, una región del cerebro que evoluciona más
tarde en la vida y que puede inhibir y regular la actividad de la amígdala.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario