15 de noviembre de 2018

Memoria


Memoria implícita o preverbal

Los acontecimientos que nos ocurren en la vida, en los 2-3 primeros años, y de manera intensa en los primeros meses,  se graban en un tipo de memoria muy especial que tiene el cerebro humano que se  llama “memoria implícita o preverbal”.

¡No hay tiempo, hay tanto que aprender!: conocer el propio cuerpo, el del otro, obtener lo que necesito, hablar, desplazarme, entender el mundo.

Todo es muy rápido y las cosas las grabamos como fotografías cargadas de detalles de imágenes, sonidos, olores, sensaciones, emociones, etc… No hay todavía grandes razonamientos, ni palabras. Por ejemplo, desde los primeros vertebrados ya se da el fenómeno de la “impronta”: un período crítico de la cría que ”nace”, por el que se apega a su figura maternal y crea de forma inmediata un vínculo, que son circuitos neuronales muy fuertes y para toda la vida. Y esto se “graba” en la memoria preverbal. 

“Un nuevo estudio dirigido por científicos del instituto de investigación Scripps, en la Jolla, California, Estados Unidos menciona como el cerebro almacena recuerdos y ya se demostró que esa misma región cerebral puede motivar o suprimir un comportamiento aprendido.”

Red neuronal
Una red neuronal es un conjunto de neuronas que en un momento dado constituye una unidad morfofuncional integral a ciertos efectos. La neurona es la unidad morfofuncional del cerebro, pero el agrupamiento morfofuncional en redes neuronales tiene mayor probabilidad de ser el fenómeno nervioso que da la percepción consciente.




Se estima que el cerebro humano contiene más de cien mil millones de neuronas y sinapsis en el sistema nervioso humano. Estudios sobre la anatomía del cerebro humano concluyen que hay más de 1000 sinapsis a la entrada y a la salida de cada neurona. Las neuronas y las conexiones entre ellas (sinapsis) constituyen la clave para el procesado de la información.

Cuanto mayores y más complejas sean las redes neuronales, mayor probabilidad de generar una mayor cantidad de información. Cualquier red debería estar facultada para generar información, para generar y transmitir potenciales de acción, y para tener memoria.
Con tal motivo, no hace falta en el cerebro un “almacén de información” localizado en algún grupo concreto de neuronas. No hay necesidad de “disco duro” en el cerebro; cada código presentará una especificidad espacio-temporal en el cerebro, es decir, si se recuerda un nombre de pila no es porque esté grabado en un “almacén de nombres de pila”, sino porque la red que lo codifica disfruta de la propiedad de la memoria.
Una parte de cerebro que se llama  tronco cerebral, es muy poderoso por las repercusiones en nuestra conducta a todos los niveles y  de forma inexplicable durante toda la vida. Se conoce lo que allí pasa y es donde se alojan esas memorias básicas con todas las situaciones traumatizantes pequeñitas y casi insignificantes (es la suma de ellas la que nos da problemas) y también los traumatismos mayores que cada uno ha podido vivir.


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