Memoria implícita o preverbal
Los acontecimientos que nos ocurren en la vida, en los 2-3 primeros años, y de manera intensa en los primeros meses, se graban en un tipo de memoria muy especial que tiene el cerebro humano que se llama “memoria implícita o preverbal”.
¡No hay tiempo, hay tanto
que aprender!: conocer el propio cuerpo, el del otro, obtener lo que necesito,
hablar, desplazarme, entender el mundo.
Todo es muy rápido y las cosas las grabamos como fotografías cargadas de detalles de imágenes, sonidos, olores, sensaciones, emociones, etc… No hay todavía grandes razonamientos, ni palabras. Por ejemplo, desde los primeros vertebrados ya se da el fenómeno de la “impronta”: un período crítico de la cría que ”nace”, por el que se apega a su figura maternal y crea de forma inmediata un vínculo, que son circuitos neuronales muy fuertes y para toda la vida. Y esto se “graba” en la memoria preverbal.
“Un nuevo estudio dirigido por científicos del instituto de
investigación Scripps, en la Jolla, California, Estados Unidos menciona como el
cerebro almacena recuerdos y ya se demostró que esa misma región cerebral puede
motivar o suprimir un comportamiento aprendido.”
Red neuronal
Una red neuronal es un conjunto de
neuronas que en un momento dado constituye una unidad morfofuncional integral a
ciertos efectos. La neurona es la unidad morfofuncional del cerebro, pero el
agrupamiento morfofuncional en redes neuronales tiene mayor probabilidad de ser
el fenómeno nervioso que da la percepción consciente.
Se estima que el cerebro humano contiene
más de cien mil millones de neuronas y sinapsis en el sistema nervioso
humano. Estudios sobre la anatomía del cerebro humano concluyen que hay más de
1000 sinapsis a la entrada y a la salida de cada neurona. Las neuronas y las
conexiones entre ellas (sinapsis)
constituyen la clave para el procesado de la información.
Cuanto
mayores y más complejas sean las redes neuronales, mayor probabilidad de generar
una mayor cantidad de información. Cualquier red debería estar facultada para
generar información, para generar y transmitir potenciales de acción, y para
tener memoria.
Con tal
motivo, no hace falta en el cerebro un “almacén
de información” localizado en algún grupo concreto de neuronas. No hay
necesidad de “disco duro” en el
cerebro; cada código presentará una especificidad espacio-temporal en el
cerebro, es decir, si se recuerda un nombre de pila no es porque esté grabado
en un “almacén de nombres de pila”,
sino porque la red que lo codifica disfruta de la propiedad de la memoria.
Una
parte de cerebro que se llama tronco
cerebral, es muy poderoso por las repercusiones en nuestra
conducta a todos los niveles y de forma inexplicable durante toda la
vida. Se conoce lo que allí pasa y es donde se alojan esas memorias básicas con
todas las situaciones traumatizantes pequeñitas y casi insignificantes (es la
suma de ellas la que nos da problemas) y también los traumatismos mayores que
cada uno ha podido vivir.
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